ATENCIÓN, ESTA RESEÑA CONTIENE REVELACIONES SOBRE LA TRAMA
(SPOILERS). NO SIGAS LEYENDO SI AÚN NO HAS LEÍDO EL LIBRO.
Como la novela, esta
reseña tiene luces y sombras. Quería escribirla justo después de la lectura del
libro, en caliente, para que no se disipen en mí las sensaciones que me ha
causado el libro.
Para esta reseña, le
tendría que preguntar al autor: "¿Te doy primero las buenas noticias, o
las malas?" y asumiendo que me pidiera primero las buenas, comenzaría por
decirle que he leído la novela en tres noches. Y eso porque estaba con gripe,
que de lo contrario habrían sido dos. Carlos Sisí es un maestro del ritmo,
tiene un control absoluto sobre la narración y desde el momento en que
comienzas la lectura, te atrapa irremediablemente y te obliga a continuar
capítulo tras capítulo, sin darte tregua. Se podría decir que la curva de
intensidad de la novela es perfecta. Te lleva a querer leer una página más, un
nuevo capítulo, hasta que van pasando las horas sin darte cuenta. Eso es lo
mejor que te puede pasar con un libro y por eso tengo que decir que ALMA es un
gran libro. Su autor se maneja
perfectamente en los espacios abiertos; se le nota su bagaje de destructor de
civilizaciones, porque es capaz de describir la caída de la humanidad con
precisión de cirujano. El libro es como un reloj en cuenta atrás. Si fuera
director de cine, sería un magnífico controlador de extras, de grandes planos
apocalípticos. A mi me parece muy meritoria su capacidad para hacerte
visualizar un panorama global cada vez más amplio, para describirte cómo todo
se va a la mierda al ritmo que él quiere en su narración, ni más ni menos.
Mención especial merecen (y quiero señalarlos
antes de que se me olvide) los huevos de pascua incluídos en la obra;
guiños excelsos a aquellos lectores que
crecimos con el ZX Spectrum o que conocemos a ese personaje caricaturesco y
simpático que Carlos Sisí ha creado para los comics. Un autor que llama a un
bosque Tir Nanog, sólo puede contar con
mi mayor cariño y complicidad...
Sin embargo, en mi
modesta opinión de lector, a la novela le falta o le sobran algunos elementos
para ser redonda, y ahí está mi dolor y mi opinión, por si sirve de algo...
En primer lugar,
creo que Carlos abusa de los diálogos informativos. Esos diálogos en los que un
personaje va explicándolo todo, y los
demás le van haciendo las preguntas exactas para que la explicación fluya. Carlos ya dice en su prólogo que esta obra
le ha exigido un gran trabajo de documentación, y como lector, le agradezco
enormemente este hecho. Que todo lo que describe tenga una base, un porqué. Sin
embargo, a veces, la forma de presentar la información resulta excesivamente
forzada , con personajes manteniendo
diálogos donde se nota demasiado el
objetivo de informar que tiene el autor. (véase el diálogo entre Jow y su
socio, cuando tras tres años trabajando en un proyecto, se explican el uno al
otro los detalles del tema técnico del que están hablando). Y esos personajes
respondiendo "Oh, si..." "Entonces...¿eso significa
que..." Y cosas por el estilo.
Sucede demasiado.
Otro de los puntos
negativos de la novela son los personajes; el personaje de mayor carisma, con
el que más te identificas en la novela, es ese escritor frustrado que tras su
primer bestseller es incapaz de enfrentarse a la página en blanco. Para Carlos,
es un simple instrumento para desencadenar la historia, un vehículo que deja
aparcado cuando se queda sin gasolina para conducirlo a su destino. Pero era el
personaje más potente de toda la novela y pienso que se han desaprovechado
mucho sus posibilidades en la parte final del libro.
Por el contrario, el
resto de personajes son bastante planos; o al menos, no llegas a empatizar con ellos tanto como se debería.
Y el galardón del personaje tópico se lo lleva Gabriel: Aquí tenemos a un viejo
de barba blanca que fuma en pipa y sirve para hacernos la reflexión
moralizante, para aclarar el sentido de todo, como el viejo que aparece en
Spawn, como Merlín, como Dumbledore, como Gandalf, como tantos y tantos
personajes similares encajados en ese cliché de sabio fumador de pipa, cuya
aparición no aporta nada a la novela, sino que más bien la empeora hasta
extremos extraordinarios en su recta final. La escena del bar, traída por los
pelos, sólo sirve para presentar a quien aclarará toda la historia a los
personajes principales. Y eso nos lleva al otro problema de la novela, uno,
para mí, muy gordo: Y es que se insiste tanto al lector en el mantra repetido
hasta la saciedad por sus personajes de que "todo sucede porque tiene que
suceder" , que llega un momento en el que te das cuenta (al final del
libro) de que los protagonistas no tienen incidencia directa en la trama, sino
que son simples peones de un plan maestro, cíclico, en los que ellos no tienen
nada que aportar, salvo su buenrollismo para sobrevivir al exterminio. Esa
sensación que se te queda en las últimas páginas al comprender de qué va todo,
es una sensación agridulce porque realmente le quita prácticamente todo el peso
de la narrativa a los personajes, que se convierten así en meros espectadores
de algo que tiene que suceder "porque sí". Y eso nos lleva a la siguiente cuestión:
¿Porqué ellos sí y los demás no? Aquí
entramos en otro terreno espinoso: He de reconocer que cuando leí por primera
vez la palabra Amor con mayúscula, pensé que Carlos se adentraba en el espinoso
terreno de la cursilería y me temí lo peor; en ese instante, al autor se le abre un abismo
junto a sus pies, donde está a cada pocas páginas a punto de precipitarse. Sin
embargo, Carlos sabe dar una de cal y otra de arena, y matiza esos breves
momentos de cursilería con potentes escenas de gran impacto visual, que te
recuerdan que estás leyendo un libro de "terror" y no una novela de Jorge Bucay. Sin embargo, al final, ese dique de
contención que él mismo se coloca ante su redacción, se rompe de forma
estrepitosa, para caer en un final con moralina donde todo es Amor, como en los
cuentos de Disney. Y esto no estaría mal
de haberlo resuelto de otra manera, pero es que las pruebas de introspección a
las que son sometidos los personajes, están relacionadas todas con el amor
"sexual" o con la pérdida de una pareja. Así, tenemos incluso a Alma
atormentada por la pérdida de John. A Peter, por su culpa por la muerte de su
esposa y su relación con Jow. A Penny (¿a quien le interesaba a esas alturas de
la novela la historia de Penny?)
luchando por aceptarse tras salir del armario en medio de una familia
severa. Y a Jow, que podría representar el amor filial, simplemente se queda
como la superviviente de una niña acosada por su padre. Una escena también un
tanto tópica en la literatura del género, la del pene avasallador y dominante. No
hay otro tipo de Amor representado por los personajes más que el amor a la pareja.
Y las motivaciones de cada personaje no me parecen lo suficientemente fuertes
en esa parte final como para hacerles tan especiales como para sobrevivir al
apocalipsis, al Agujero, a las Sombras, porque son sucesos tan cotidianos que
cualquiera de nosotros ha tenido una experiencia similar o ha superado un
trauma semejante.
Puestos a fantasear, hubiera estado
bien que Alma, simbolizando el papel de
la Madre Primigenia, de la Luz y de Gaia, se hubiera fundido con el agujero,
que hubiera de algún modo "trascendido", para crear una especie de
corriente de amor a través de las líneas Ley. Pero ella simplemente
acaba...amándose a sí misma.
En resumen, creo que
el final (las últimas 15-20 páginas del libro) son un anticlimax que sólo
conduce a hacernos una lectura optimista de un posible futuro poblado por una
humanidad que se ama sin egoismos. Como un colorín colorado donde todos fueron
felices y comieron perdices. Y creo que
el planteamiento, conociendo la naturaleza del ser humano, no cuela. No soy
capaz de imaginar ese mundo, por mucho que sean un puñado de personas justas y
virtuosas los que sobreviven al caos.
Así que como final, me hubiera gustado que al menos los protagonistas
hubieran dudado. Hubieran cuestionado la posibilidad de que su estirpe no
vuelva a repetir el ciclo, una vez más, de auge y destrucción. Me parece un
final demasiado bucólico y demasiado fácil para unos personajes que quizá no
merecían tanto privilegio, porque ni siquiera Alma es tan especial como para
eso. Porque Alma, desde el momento en que aprende a levantar sus escudos, se
convierte en un personaje que de pronto cobra un poder inusitado en la novela.
No es la medium de "las voces de los muertos" ni el Harry Keogh, Necroscopio
de Crónicas Necrománticas. Es una mujer
todopoderosa, a pesar de que Carlos quiera hacernos creer lo contrario, que
nunca va a estar en un peligro real. Un personaje al que le sobran los escudos,
porque un escudo es una forma de aislamiento y el aislamiento es el acto
consciente de ignorar el sufrimiento (las voces) de los demás.
Termino mi reseña
felicitando a Carlos Sisí por su magnífico libro, a pesar de todo. Porque pese
a esas últimas páginas que no me han sabido transmitir todo lo que yo esperaba
para la conclusión de la obra, me lo he pasado fantásticamente bien leyendo
ALMA. Y seguiré acompañándole en cualquier otra propuesta literaria que lance,
porque creo que actualmente es uno de los mejores autores del género que
existen. Y sobre todo y además, porque es un gran tio, al que seguro que no le
molestan aquellas pequeñas críticas que yo, humildemente, me atrevo a hacerle a
su obra.