lunes, 3 de noviembre de 2014

JESTA 2014: LA INSOPORTABLE BREVEDAD DE LO PERFECTO








   A lo largo de nuestra vida,  van surgiendo oportunidades de asistir a eventos y acontecimientos relacionados con nuestras aficiones. Visitas a exposiciones, jornadas o convenciones que nos permiten aprender y compartir nuestras experiencias con otras personas. Muchos de estos sucesos son  cíclicos, es decir, se celebran cada año; y si nos gustan acudimos al siguiente y nos convertimos en habituales.
   Aunque esto es lo que a todos los que asistimos a JESTA nos sucede, yo quisiera lanzar una reflexión añadida; y es el valor del presente. Cuando he vuelto este año (mi segundo año) de Quart, tras pasar unos días inolvidables, lo hago con la sensación de que soy un privilegiado por estar disfrutando de unas jornadas que yo creo que son efímeras. Y lo digo en el mejor sentido de la palabra. Efímeras en el sentido de que todo cambia ya que, como ellos mismos decían en la entrevista de Días de Juego, organizar algo tan masivo requiere un gran nivel de compromiso y sacrificio, una capacidad de trabajo enorme. Y esto pasa factura. En algún momento, sea por agotamiento o por el relevo generacional lógico, estas personas que hoy organizan JESTA le darán el relevo a otras.  Y aunque todo es posible, porque cantera la hay más que suficiente (sólo hay que fijarse en la cantidad de voluntarios que colaboran) yo dudo que se pueda reunir un equipo organizativo mejor que el que encabeza Miguel Ángel Pedrajas. Y por eso creo que la actual JESTA es como un perfecto y frágil universo de duración limitada y pienso en ella como algo que debe disfrutarse ahora, que es perfecto, antes de que algo cambie. Me da miedo tratar de calcular cuánto tiempo puede durar la perfección, la absoluta brillantez del trabajo que realizan día a día, minuto a minuto. Quisiera dar nombres, pero me dejaría otros y sería injusto simplemente olvidar mencionar una sola de las personas que, con su impresionante nivel de compromiso, convierten tres magníficos edificios municipales en un hogar para jugones y un paraíso para autores y creadores. Porque en JESTA, no importa lo grande: Importa lo pequeño. El "¿qué tal estáis pasándolo?" sincero que te preguntan con insistencia, el donnuts que te ofrecen al verte recién salido de la cama, como por casualidad. La conversación de 5 minutos mientras vigilan, atentos, la sala que atienden. La llave que siempre está disponible. La manta para que no pases frío, que te traen a oscuras. El trabajo  invisible de recogerlo todo cuando nos vamos. Tu nombre en un cartel, la fotografía divertida que se hacen contigo, el interés en lo que haces y lo que harás. JESTA no es sólamente el magnífico entorno, las mesas llenas de juegos, el auditorio abarrotado, la sala enteramente dedicada a prototipos, que ya se va quedando pequeña. Es mucho más, es un conjunto de pequeños detalles, de atención exquisita, de modestia tan extrema y de cordialidad tan abrumadora, que ya no sabe uno qué decir y qué escribir para tratar de agradecer con un puñado de palabras lo que nos hacen vivir allí.
   Esta no es la reflexión individual de alguien que se lo ha pasado bien; Creo que hablo por todos y cada uno de los que asistimos a las jornadas cuando digo que JESTA hay que disfrutarla ahora que están ellos, que es como es, hay que vivirlas y exprimirlas, porque algo tan absolutamente redondo como es ahora, hay que aprovecharlo antes de que un vaivén político, o una situación diferente pudiera cambiarlo. Y yo me siento muy orgulloso y afortunado de poder estar ahí, en el centro de ese diente de león lúdico que se mantiene entero, intacto, en mitad de una llanura poblada de jornadas donde se consigue la calidad pero a veces se olvida el calor.

6 comentarios:

  1. ¡Amén, hermano!

    No digo más porque ya lo has dicho todo y porque he perdido parte de la voz de la charla y las risas que me he echado estos increibles 3 días.

    (sí, lo sé, estoy escribiendo y no hablando pero queda más bonito dejarlo así).

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  2. No hace falta decir nombres ni apellidos escritos en este texto, la lágrima del que esta plasmado lo indica.
    Mensaje positivo, alentador, y me atrevería a decir, poético.
    Como anonimo que soy, digo gracias por estas palabras que hacen que alguien piense que las cosas siempre tienen una recompensa.

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  3. Mira que tú y yo no estamos de acuerdo muchas veces, pero vamos, este post me gustaría haberlo escrito yo, suscribo cada palabra, y me sumo al agradecimiento a la organización, a todos y cada uno de ellos, por como nos han tratado, por como lo dan todo y por ser como son.

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  4. Nosotros este año no hemos podido ir, pero todavía tengo esas sensaciones desde el año pasado. JESTA es un ambiente de alegría, cachondeo y camaradería, donde todo el mundo está dispuesto a compartir mesa con todo el mundo. El habilitar varios edificios ayuda a refrescar la mente entre partida y partida, salir a la calle, tomar el fresco y tomar algo. Ver a la gente ir de un lado a otro. Jugar, asistir al taller, jugar más, comer, probar prototipos, seguir jugando. Sin más. Un lugar donde todo cuadra, todo encaja y es imposible sentirte fuera de tu sitio.

    La organización el año pasado era impecable, porque no se les veía salvo cuando se les debía ver. La asistencia es de lo más variada, los juegos también lo son, y el sistema de pasaporte convierte las propias jornadas en un gran juego. Para nosotros, una experiencia inolvidable.

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  5. Querido Alberto, gracias.
    Nuestra efimeridad es la misma que vive el panorama que todos estamos viviendo. Nosotros erramos como el que más y, este año, en muchos aspectos. Pero lucharemos por subsanarlos con las mejores de las ilusiones que nos entregáis. Sí, sois vosotros, autores, editores, ilustradores, visitantes veteranos o que vienen su primera vez con la mayor de las expectativas, a disfrutar de un espacio donde no solo van a jugar, sino a relacionarse con más gente. Romper barreras kilométricas, encontrarse cara a cara, pedir una firma, hacerse una foto, comentar las novedades, tomarse unas cañas a la terraza de un bar mientras ves pasar familias enteras que demuestran el futuro que tiene esta afición.
    Donde tú ves un trabajo perfecto, nosotros solo vemos la gran suerte que hemos tenido desde el momento que un día cogimos el teléfono, te propusimos que te pegaras una paliza de viaje todo un fin de semana para dormir en un sitio frío, cerca del suelo, y que dieras un taller sobre juegos de mesa con otra persona con la que no habías trabajado nunca. Y encima, nos dijeras que sí.
    La misma suerte que tuvimos cuando a Perepau le metimos en un follón parecido y él nos contestara "¡cuándo!".
    La misma que tuvimos hace tres años cuando a Pedro le pedimos que nos firmara un sinfín de cartas de Águila Roja que mandaríamos por correo y que nos la devolviera a tiempo para un torneo de Jesta 2011. Y que al año siguiente le dijéramos de montar una muestra de su trabajo y se lo organizara para reunir trabajos, información, archivos y desviar sus vacaciones con Eva al levante, y así vernos en persona.
    Igual que la suerte de poder conocer a Ignacio Muñiz, una persona tan ocupada y dedicada a la familia. Y decirle que le queremos tener en Jesta y él aprovechara la oportunidad de los acontecimientos para viajar hasta aquí, compartiendo largas conversaciones sobre juegos, proyectos y demás, lo que no deja de ser para él no desconectar del trabajo.
    Y así con un sinfín de autores, editores, ilustradores, jugones, ¡PERSONAS! No os dais cuenta. Pero vosotros sois el éxito de Jesta. Por eso, insistimos. ¡Gracias!

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