FREITAG / FRIDAY
( Con imágenes rescatadas de BGG )
Freitag (de Friedmann Friese) es uno de esos juegos que son como un perfume; mucha esencia en un frasco pequeño. Y es que la caja del juego, un cuadradito tamaño “Sobao El Macho”, contiene todo lo que necesitas para entretenerte durante muchas horas tú solito, como buen náufrago que se precie.
Freitag es un solitario con mecánica de Deck Building que se juega en unos veinte minutos, y que contiene algunas ideas muy interesantes. La idea del juego gira en torno a las peripecias de Robinson Crusoe, al que debemos ayudar a sobrevivir en la isla hasta el momento cumbre en el que haya acumulado tanta experiencia que pueda enfrentarse él solito a unos piratas con muy mala leche, vencerles y escaparse en su barco, momento en el cual se gana la partida. Ni que decir tiene que el objetivo del juego es más fácil de resumir que de conseguir…
¿Cómo se juega?
Al principio del juego, debemos disponer 3 tableritos, en orden. Sobre ellos, se colocan 3 mazos; El mazo de “envejecimiento”, el mazo de Robinson (que contiene 18 cartas de inicio) y el mazo de “riesgos”, de 30 cartas. Además de todo esto, Robinson empieza con 20 puntos de vida y una carta de piratas descubierta, a la que deberá enfrentarse si llega a superar 3 veces el mazo de riesgos.
La mecánica de juego, a partir de aquí, es simple y efectiva: giramos 2 cartas de riesgo, elegimos una y descartamos la otra. Entonces, debemos intentar vencer la carta de riesgo escogida. Para ello, robamos tantas cartas del mazo de Robinsón como nos permita la carta de riesgo, más una por cada punto de vida que sacrifiquemos. El objetivo es que el valor de las cartas de Robinson iguale o supere la dificultad del riesgo. Si esto sucede, añadimos la carta de riesgo a nuestra propia pila de cartas de Robinson. ¿Porqué? Pues porque las cartas de riesgo son DOBLES. Además del riesgo, tienen una mejora a las habilidades de Robinson. Por lo tanto, superar riesgos aumenta la efectividad del mazo de Robinson.
Pero si fallamos (y aquí está una de las gracias del juego) perderemos tantos puntos de vida como la diferencia entre la dificultad del riesgo y el valor acumulado. Y por cada punto de vida que perdamos, podemos ELIMINAR DEL JUEGO una carta de las empleadas en el intento de resolución de dicho riesgo. ¿Porqué? Pues para limpiar el mazo de Robinson de cartas débiles o directamente perjudiciales (tenemos muchas cartas de valor 0 y negativas, de inicio).
En esta imagen podéis ver las cartas de Riesgo. En un extremo tienen el peligro, con 3 niveles de dificultad a superar, y en el otro, la recompensa para el mazo de Robinson si se tiene éxito en la resolución.
Un par de detalles más
Cada vez que se agota el mazo de riesgos, se vuelve a barajar para formar otro al que debemos volver a enfrentarnos, esta vez a un nivel de dificultad superior (la primera vuelta utilizamos la dificultad VERDE, la segunda vuelta la AMARILLA y la tercera ronda, la dificultad ROJA). Si sobrevivimos a las 3 vueltas del mazo de riesgo, pasamos a enfrentarnos al barco pirata.
Cada vez que se agota el mazo de Robinson, lo barajamos de nuevo para formar otro, AÑADIENDO una carta de envejecimiento (siempre de valores negativos) al mazo.
Las cartas de Robinson no sólo contienen valores numéricos, sino también habilidades especiales que pueden utilizarse una vez por carta de riesgo, y que nos permiten recuperar energía, duplicar el valor de otra carta jugada, y algunas opciones tácticas que nunca nos van a venir mal para intentar superar el solitario.
EN RESUMEN
Freitag es un solitario muy ameno, que comienza suavemente y cada vez se va poniendo más cuesta arriba. La gestión del mazo es vital (como en todo Deck Building) y necesitarás limpiarlo convenientemente, además de tener buenas cartas con valores de habilidad altos o de otra forma, te será imposible superar el último nivel de dificultad. Estar atento a las habilidades de las cartas y usarlas de la mejor manera posible es otro de los desafíos del juego. Y como último consejo, suscribo lo que comentaba un compañero en Bsk: Para ganar hay que perder. Y es que la forma de eliminar esas cartas inútiles de tu mazo de Robinson, es perder algunos desafíos para de este modo convertir heridas en descartes.
En cuanto a la producción del juego, los materiales son excelentes y todo en una cajita pequeña. Como inconveniente, el peculiar formato de las cartas, que las hace imposibles de enfundar, y el diseño gráfico del juego, que siendo efectivo y funcional e incluso divertido, es un poco infantil para mi gusto.
Por lo tanto, un juego a tener en cuenta, para ir entrando en el tema mientras esperamos la salida de...¡¡Crusoe!!
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