Es frecuente encontrar en todo tipo de foros y programas de televisión, personas que expresan sus opiniones utilizando un lenguaje más apropiado para SMS que para la comunicación escrita; para ellos, escribo esta poesía.
Aunque se trate de juegos de mesa,
no me parece mal devanarnos la cabeza
para evitar el maltrato de la lengua,
y evitar, con el tiempo,
que escribamos con rebuznos de jumento.
¿De qué forma castigar al que maltrate los lexemas?
quizá baste una advertencia,
o el silencio por toda respuesta.
Que la pereza en el uso del castellano
no manche el hilo de nuestros temas:
ya tenemos el ejemplo
en muchos reglamentos explicados
por gañanes de taberna
que no aciertan a diferenciar
el round de la ronda y viceversa.
Que se atengan desde ahora a las consecuencias
quienes vulneren de
y utilicemos
para adornar nuestras ponencias
con certeras oraciones y fecundas razones.
Que las Palabras, como las mujeres,
son peligrosas si no se entienden,
y más cuando de guerras y conquistas
aquí hablamos tan habitualmente.
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